lunes, 24 de septiembre de 2012

Sí, eres un zoon politikón.

Hola a todos y todas:

Hoy voy a hablaros de algo que, hasta hace tres días, era nuevo para mi y que considero ha de ser un must de todos los traductores y traductoras: los saraos traductoriles.

Como ya os comenté en la entrada anterior, mi documentación acerca de las cuestiones profesionales del traductor autónomo y en general, de todo lo relacionado con la profesión, proviene de la blogosfera, de los blogs de otros traductores. 
Así pues, todos estos profesionales aconsejan socializar con otros traductores. Participar en seminarios, talleres, conferencias, congresos, encuentros informales o webinarios es una buena manera de compartir experiencias profesionales, estar informado de las últimas novedades en una determinada área de especialidad o de hacer nuevos contactos profesionales. Pero no son los únicos beneficios de acudir a este tipo de eventos.

Hace unos meses me enteré, a través de las redes sociales, que en septiembre se celebraban las "Jornadas científicas y profesionales de traducción médica", organizadas por APTIC y TREMÉDICA. "Mmm, ¡qué buena pinta!" pensé, pero no me decidía a dar el paso. Hasta que, haciendo uso del último día habilitado para ello, realicé la inscripción. Y he de deciros que... ¡ha sido una de las mejores decisiones que he tomado! ¡Cuánta razón tenían y tienen todos esos profesionales! 

Así que nada, dicho y hecho. Hice el petate y cogí el avión rumbo a la ciudad condal, donde llegué sólo (con tilde, como defiende el gran maestro José Martínez de Sousa) con tiempo para darme una ducha y "salir pitando" hacia la sede de IDEC-Universitat Pompeu Fabra, donde se celebraron las jornadas. (Como era de esperar y siendo ya una tradición, me perdí al intentar salir del aeropuerto.)
Y nada más entrar, ¡zas!, plato fuerte: ¡la charla inaugural corre a cargo de José Martínez de Sousa! Yo estaba que no cabía en mi. Primera razón por la que me sentía inmensamente feliz de estar allí. E imagino que me entendéis a la perfección. Además de ser un maestro, un referente para  cualquier traductor, un profesional como la copa de un pino y el ídolo de muchos (de una servidora, por supuesto), Martínez de Sousa es una persona entrañable, y escucharle es siempre un placer.

También se encontraban otras personalidades, como Fernando Navarro, quien muy amablemente se ofreció a firmar y dedicar los ejemplares de su Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina que se sortearon el último día de las jornadas. O socios de Tremédica como Karina R. Tabacinic, que vino desde Argentina a iluminarnos con su ponencia y su preciosa voz, o Gustavo Silva, traductor en la OMS en Ginebra. Pero además, tuve la oportunidad de ver y escuchar a traductores experimentados que aportaban sus ideas, puntos de vista y opiniones y que, para quienes estamos empezando, suponen una inmensa fuente de sabiduría. Sin olvidarnos de los más jóvenes, de quienes una aprende como del que más y con quienes intercambiar experiencias.

Pero todos y cada uno de los ponentes se merecen un 11 sobre 10. Los temas fueron muy variados y la calidad de las ponencias, incuestionable.
No solo aprendí muchísimo sobre traducción, ciencia u ortotipografía; también pude ponerle cara a algunos de los tuiteros a los que sigo. Es una sensación extraña y a la vez increíble; es emocionante. Si nunca habéis acudido a un evento de este tipo, quizás penséis que estoy exagerando, pero creedme, no lo hago. 

Por supuesto, estos encuentros también sirven para conocer a posibles colaboradores y hacer nuevos contactos profesionales, pero quizás yo sea más romántica y me quede con la parte más humana. Porque sí, somos traductores, pero ante todo, somos personas. Y poder compartir con otros tus inquietudes, miedos, la pasión por tu trabajo, recibir o dar ánimos, todo eso no tiene precio (para todo lo demás, ya sabéis). Y quién sabe, a lo mejor hasta te llevas un amiguete :)
Como dijo la gran Gemma Sanza, la profesión del traductor autónomo ya no constituye una profesión solitaria como antaño. Afortunadamente, hoy en día contamos con las redes sociales, donde podemos intercambiar dudas, darnos apoyo moral o "gritar" cuando estamos agobiados. Y luego, tenemos estos encuentros profesionales (y personales, lúdicos), que nos  permiten interactuar cara a cara tanto con aquellos a quienes conocemos a través de twitter u otras redes sociales, como con aquellos que no conocíamos.

En definitiva, mi consejo, basado en ahora sí, mi experiencia personal, es acudir a eventos profesionales-sociales, por cualquiera de las razones anteriormente expuestas. No solo aprenderás mucho, además tendrás la oportunidad de hacer terapia de grupo ;) Seas estudiante, traductor novel o experimentado, este tipo de eventos supone siempre una experiencia enriquecedora.
Como muy bien decía Aristóteles (sí, ya sabéis que me encanta la filosofía, qué le vamos a hacer), el hombre es un zoon politikón, y si es traductor, aún más :) (eso lo digo yo, ea).

Y ya sí, para finalizar esta entrada, quiero reiterar mi enhorabuena y mis felicitaciones a todo el equipo de organización de las jornadas. Gracias por el entusiasmo con el que habéis trabajado y por la energía y "buen rollo" que nos habéis transmitido. 

Ahora... ¡a pensar en la próxima!

Visitando el Park Güell, tras las jornadas.


jueves, 13 de septiembre de 2012

Mamá, quiero ser traductora (autónoma).

¡Hola a todos y todas! Con esta entrada voy a comenzar mi diario, ese que os comenté en la presentación del blog.

Pues bien, como ya sabéis ( y si no, yo os lo recuerdo), un día decidí hacerme traductora autónoma. Sin embargo, esto no es cosa de un día ;). (A ver, Inés, no nos comas el talento y ve al grano). 
Bien, lo que quiero decir es que lo primero que uno tiene que hacer es aclararse, pensar bien y detenidamente si realmente quiere tomar este camino. Si algo bueno tienen los estudios en TeI es su carácter multidisciplinar (pero de esto ya hablaremos en otra entrada relacionada con las salidas profesionales). Y eso fue lo que hice. Después de un tiempo haciendo otras cosas y dedicándome a otros menesteres, me di cuenta de que no me sentía realizada con mi trabajo. No me disgustaba, me iba bien, pero no me sentía yo al 100%. Entonces me paré y me dije "vamos a ver, yo decidí estudiar TeI porque quería traducir. Entonces, ¿por qué no traduzco?" La respuesta no es sencilla, pero me alegro inmensamente de haberme hecho la pregunta. No hay nada peor que no cuestionarse a uno mismo de vez en cuando. Vivimos en un mundo muy frenético y, si no nos paramos de vez en cuando a cuestionar nuestra vida, corremos el riesgo de que nos arrastre.

Una vez tuve claro qué es lo que quería (y quiero) hacer, comencé la fase de documentación (¡suerte que fue una asignatura obligatoria de la carrera, la cual todos adorábamos!).
Actualmente, tenemos la suerte de contar en la red con cantidad de blogs escritos por profesionales de la traducción, muchos de ellos autónomos. ¡Cómo me hubiera gustado que "en mis tiempos" hubiera existido este fenómeno!
 No obstante, no puedo quejarme, porque ya en mi último año universitario, pude asistir a un módulo de orientación profesional para futuros licenciados en traducción e interpretación, organizado por la Facultad de Traducción e Interpretación de Granada y dos grupos de investigación, AVANTI y GRETI.
El módulo se componía de diferentes sesiones, talleres y mesas redondas donde se abordaban, entre otras, cuestiones relacionadas con estrategias de búsqueda de empleo, salidas profesionales y el trabajo del traductor autónomo. Pudimos conocer de primera mano las experiencias de traductores en plantilla, intérpretes, terminólogos, profesores y traductores autónomos, como Eugenia Arrés, quien además impartió las sesiones relacionadas con este colectivo.
Siguiendo con los blogs, gracias a ellos he ido recabando información sobre los requisitos, trámites, tareas o experiencias de un traductor autónomo, el panorama actual de la traducción (dependiendo del área de especialización) o recursos interesantes. Por lo tanto, gracias a esos traductores que, desinteresadamente comparten sus experiencias y conocimientos acerca de esta profesión, he sido capaz de comenzar mi andadura por estos barrios. Bueno, gracias a ellos y a una amiga a la que estaré eternamente agradecida por sus consejos (many thanks, Ana). Uno de estos consejos fue que hiciera saber a mis conocidos y gente cercana que soy traductora. Pues bien, gracias a ese consejo, ayer fui al médico y salí de la consulta con la buena noticia de que mi salud se está portando bien , además de con un trabajo bajo el brazo :)

Resumiendo, mis dos primeros consejos para aquellos que quieren iniciarse en esta profesión son:

1. Piensa y medita si este es el camino que quieres seguir, el que piensas y sientes que te hará feliz y sentirte realizado.

2. Documéntate, busca información sobre la profesión (requisitos, trámites, tareas, etc). Así que, aparte de consultar blogs de traductores, estudiantes de traducción, profesores, etc., trata de estar informado sobre posibles charlas, cursos, seminarios, conferencias en tu universidad (si aún eres estudiante) y acude. Muchos de los autores de blogs sobre traducción dan cursos, ponencias, talleres o charlas, que posiblemente anuncien en sus blogs, así que ya sabes ;)

Y bueno, para aquellos que no se sienten cómodos con lo que están haciendo actualmente, o que aún no tienen claro qué es lo que quieren hacer una vez concluidos sus estudios, aquí les dejo una cita de Steve Jobs:
“Your work is going to fill a large part of your life, and the only way to be truly satisfied is to do what you believe is great work. And the only way to do great work is to love what you do. If you haven’t found it yet, keep looking. Don’t settle. As with all matters of the heart, you’ll know when you find it. And, like any great relationship, it just gets better and better as the years roll on. So keep looking until you find it. Don’t settle.” (Stanford commencement speech, June 2005).


jueves, 6 de septiembre de 2012

Breve descripción de una servidora

Desde bien pequeñita me gustaba mucho escribir
Bueno, hoy toca presentarme y escribiros un poco sobre mi. 

Me llamo Inés (eso creo que ya lo sabéis) y tengo 28 años. Soy andaluza, de la provincia más occidental, Huelva o "Huerva", como decimos los onubenses o "choqueros".

Desde pequeña quise ser traductora (mentira cochina). No, en serio, voy a pasar por alto qué quería ser de niña, ya que de lo contrario podríais tomarme por más loca de lo que realmente estoy ;)
Lo que sí he de decir es que desde bien pequeñita me gustaba mucho escribir e inventar cuentos y relatos. Lo hacía como entretenimiento y ya en el instituto mi profesora de lengua española me animó a presentarme a un concurso literario, del cual fui ganadora (¡dejaron que me metiera en la biblioteca del centro y cogiese los libros que deseara! Y me hice con media colección de las aventuras de Flanagan).
De todas maneras, no tenía muy claro qué quería estudiar. Así que, ya en bachillerato, pensé que Periodismo sería una buena opción. Y sí, me gustaba la idea. Pero un día, una amiga me comentó que su hermana estaba estudiando Traducción e Interpretación en Granada y me dije "¿por qué no?". Por otro lado, en una de las sesiones de orientación profesional que nos dieron en el instituto, me aconsejaron que desechara Periodismo por ser una carrera con un elevado nivel de intrusismo profesional (¿acaso existe alguna profesión donde no lo haya?). Así pues, finalmente opté por estudiar Traducción e Interpretación en Granada, ya que me encantaba el inglés.

Tras concluir mis estudios de grado, seguí con un posgrado en subtitulado para personas sordas y personas con discapacidad auditiva y audiodescripción para personas ciegas y personas con discapacidad visual, el cual me encantó.
Descubrí que el mundo de la accesibilidad a los medios de comunicación era un campo que necesitaba (y necesita) muchísima investigación. ¡Afortunada de mi que tuve la oportunidad de colaborar en el proyecto de investigación de una colega y viajar a Barcelona para exponerlo en el III Congreso de AMADIS!).

Entre tanto, realicé un curso básico de Lengua de Signos Española, más tarde el CAP, mandé currículos a empresas y agencias de traducción, hice pruebas de traducción y de otro tipo (ya hablaré en otra entrada sobre las distintas salidas profesionales que ofrece nuestra licenciatura), acudí a entrevistas, hice las maletas y me fui a Inglaterra, donde decenas de chicas esperaban ansiosas a su nueva auxiliar de conversación española. :O Trabajé en el campo de la docencia y hasta hice migas con las oposiciones.
Hasta que, siguiendo el consejo que un compañero inesperado de viaje me dio en The Elephant House (Edimburgo), me alejé de mi vida y me senté a contemplarla desde la distancia. Y lo que vi no es que me disgustara horrores; simplemente no estaba viviendo MI vida.

Me gustaría transmitir a todas las personas, en especial a aquellas que aún no han acabado sus estudios, que no hay que sentirse mal por no saber, desde un principio, qué es lo que verdaderamente hace feliz a uno. Dudar es natural, es una cualidad intrínseca del ser humano (bajo mi punto de vista, ¿vale?), y de hecho creo que sin la duda el progreso no sería posible ("estudiaste a Descartes en filosofía, ¿eh?"). 
Nos sueltan en esta jungla llamada mundo y, pese a quien le pese, hemos de aprender por ensayo-error; las cosas no han cambiado tanto.
Uno está aquí para aprender y para hacerlo, ha de arriesgarse. Arriesgarse a "equivocarse" o tomar otros senderos, que no siempre tienen por qué excluir a otros. Y precisamente ese afán por aprender, por superarse, esa inquietud por explorar mundos nuevos, por borrar de su vocabulario personal la palabra IMPOSIBLE, por ponerse a prueba y por asumir riesgos (con responsabilidad, claro está) son cualidades características de los traductores.
Es una profesión muy bonita si se poseen esas cualidades, además de otras, pero, ¡ojo! todo tiene sus pros y sus contras. Hay que ser consciente de que se debe trabajar muy duro, ser muy meticuloso, paciente, consciente de nuestras limitaciones y sobre todo, humilde.

¡¿Pero esto qué es?! Todo comenzó como una breve descripción sobre mi, ¡y casi termino montando un consultorio! ;)
Como veis, podría pasarme horas escribiendo, pero entonces esto perdería la gracia y vosotros el interés. Así que, con esto y un bizcocho, ¡a esperar otro tocho!

A bit of me








miércoles, 5 de septiembre de 2012

Presentación e inauguración del blog

Hola a todos y todas (¿o debería escribir a todas y todos?):

Me llamo Inés y, desde este momento, queda inaugurado mi primer blog sobre traducción :)

El blog nace, en primer lugar, a modo de diario profesional. ¿Diario profesional? Sí, pues de momento me servirá para ir relatando mi andadura hacia el estatus de traductora autónoma.
No obstante, también servirá para publicar aquellas noticias relacionadas con la profesión que considere de interés, recursos interesantes u opiniones sobre cualquier aspecto relacionado con la traducción profesional o la formación. En definitiva, no pretendo hacer nada nuevo; si seguís o sois autores de otros blogs sobre traducción, sabréis de lo que hablo :)

¿Por qué Si piensas en olvidar, ¡olvídate de traducir!?

Bien, además de porque me encanta hacer juegos de palabras y cambiar los ya existentes, pues porque me inspiró una idea, un pensamiento, una creencia más bien, que he adquirido con el paso de los años (no, aún no soy del club de los 30).

Básicamente, la idea es que todo lo que aprendemos o hacemos nos sirve, aunque en un principio pensemos que no es así o ni siquiera logremos verlo alguna vez.
Todos hemos escuchado o dicho en alguna ocasión eso de "¿para qué voy a estudiar esto si no es lo que voy a hacer en la vida?" o "¡si esta asignatura no tiene nada que ver con la carrera!" o "¿para qué quiero yo saber matemáticas si voy a ser maestra de francés?" ¡Ay, mis queridos niños!¡Qué "equivocaitos" estáis!
Casi todo, o incluso me atrevería a decir que todo lo que aprendemos nos sirve en algún momento de nuestra vida. Son pequeñas experiencias, pequeños objetos que vamos metiendo en nuestra mochila invisible y que yo llamo bagaje cultural.
En cuanto a lo de desechar cosas, conocimiento, experiencias, por el mero hecho de que no ajusta a "lo que voy a hacer en la vida", ¿qué puedo decir? Quien haya terminado haciendo (de primeras) aquello que pensaba que haría cuando tenía 15 añitos, por favor, que me replique.

Por otra parte, la idea que ha inspirado el título de este blog me define a la perfección. He hecho muchas cosas distintas en mi vida, he cambiado de opinión en más de una ocasión (y de dos y de tres) y todas han ido conduciéndome hasta aquí. Si hubiese querido hacer esto antes, en otro momento de mi vida, no hubiera podido, o no hubiera estado lo suficientemente preparada. ¿Acaso no consiste la vida en eso, en experimentar, ir conociéndose a uno mismo, ir encontrando aquellas parcelas en las que uno se va sintiendo más cómodo? Yo pienso que sí, que para encontrarse con y a uno mismo, es necesario perderse. O experimentar, porque a fin de cuentas, nadie es experto en vivir, todos lo hacemos una sola vez en la vida. Y estamos aquí para aprender, y para aprender hay que "equivocarse" (experimentar, en mi humilde opinión).

Y puesto que estamos aquí para aprender, ¿por qué no aprender juntos y unos de otros? ¿Te apuntas?