martes, 28 de mayo de 2013

Esta no es una crónica de TraduEmprende

Hola a todos:

Como seguramente sabréis, el pasado viernes tuvo lugar en Madrid uno de los encuentros traductoriles más exitosos del año. Y no lo digo yo; a las pruebas me remito. El aforo se completó semanas antes de su celebración y el hashtag #Traduemprende fue TT en Madrid durante la mañana del viernes.

Podría pasarme horas escribiendo y resumiendo el evento, pero no lo haré. Una de las razones es que ya existen crónicas estupendas y muy completas de lo que allí aconteció y de cómo lo vivieron algunos de sus protagonistas, a saber, Elena Nevado, Lourdes Yagüe, Herminia Páez, Leticia Martin-Fuertes, Pablo Muñoz, Rafael López y Olatz Rodríguez.
Sin embargo, me gustaría hacer una «breve», o más bien dicho, una simple reflexión de los motivos que propiciaron el éxito de esta iniciativa.

Si no tengo mal entendido, la idea de «montar todo este tinglao» nació en el seno del programa de mentoring para nuevos traductores que Leon Hunter, S.L. estaba impartiendo.
Una vez planteada, los alumnos y su profesor confeccionaron un plan, o desarrollaron cómo iban a llevar a cabo esa idea. Y se organizaron, coordinaron, trabajaron juntos, en equipo, colaborando.
Lógicamente, por muy bien desarrollado que esté el plan, siempre hay que contar con los contratiempos, pues su cometido es estar ahí y aparecer cuando menos se les necesita; ese es su trabajo. Asimismo, no podemos olvidar que pocas veces las cosas salen como pensamos o a la primera; hay que intentar hacerlo de una forma, probar y, si el resultado no es el deseado o adecuado, habrá que volver atrás y utilizar otro método, otras herramientas, otras vías. Porque lo importante es avanzar y llegar a la meta, al final del plan que hemos trazado, aunque en ocasiones tengamos que cambiar de dirección o abandonar algunos desvíos u opciones. Pero estos chicos, este equipo, estos valientes EMPRENDEDORES no perdían de vista su meta, su objetivo. Y la prueba de ello es que, el viernes 24 de mayo de 2013 no cabía ni un alfiler en el salón de actos de la Residencia de Estudiantes del CSIC en el que se celebró el exitoso y multitudinario TRADUEMPRENDE.


Los organizadores y demás voluntarios parecían exhaustos; en ocasiones podía leerse la tensión en sus rostros. Querían que todo saliese bien, habían puesto muchas ganas e ilusión en esta empresa, habían trabajado muy duro durante meses, habían luchado contra varias adversidades y querían que su proyecto, su empresa, su iniciativa saliese bien.
Y vaya si salió bien. Y ese alivio, esa satisfacción, esa alegría también se reflejaban y se dibujaban en sus caras una vez concluida la jornada —solo tenéis que echar un vistazo a algunas de las fotos del Powwow que hay circulando por ahí—.

«La idea es el principio de toda creación»
Por supuesto, y como señalaba Leon Hunter en esta entrada pocos días antes de la celebración de la conferencia, hay cosas que pueden mejorarse; siempre se puede ir a más. Quizá se puedan mejorar algunos aspectos incluyendo el pago de una tarifa por asistir que permita, por ejemplo, ofrecer un desayuno, como proponía Leon Hunter. Pero ello no resta valor a todo lo conseguido hasta ahora, con todo el trabajo y esfuerzo que lleva detrás. Esta conferencia, este proyecto es solo el principio de algo nuevo, de una idea que nació un día, en un lugar determinado, entre unas personas determinadas. Como señaló Rafa en su ponencia, «la idea es el principio de toda creación», es la punta del iceberg.
Este equipo ya tiene en mente nuevas propuestas, nuevos caminos para mejorar esta iniciativa; es mejor ir cumpliendo pequeños objetivos a corto plazo, ¿no? Pero si algo es seguro, es que esta empresa ya está en marcha y que hay que seguir trabajando, ser constantes.

¡Qué «curioso» que el propio TraduEmprende sea una muestra viva de todo lo que allí se habló y se nos mostró! TraduEmprende, el proyecto, su equipo de voluntarios explican por sí solos qué es el EMPRENDIMIENTO, en qué consiste, cómo se lleva a cabo, cómo se materializa.
Todo aquello que los ponentes describían, todas esas experiencias, esas situaciones, esos pasos que hay que dar eran justamente todas aquellas experiencias, situaciones y pasos que hicieron que TraduEmprende fuera posible.

Resumiendo: Si después de haber asistido a un evento sobre emprendimiento, nacido del propio emprendimiento, aún no tienes claro cuáles son las claves para emprender... ¡tendré que emprenderla a collejas contigo! XD

N. de la E. (de Emprendedora). El contenido de esta entrada recoge exclusivamente la opinión y reflexión de su autora, fundadas en su interpretación de las entradas, tuits y mensajes en Facebook sobre el evento antes, durante y después de su celebración, así como de sus percepciones en vivo y en directo.

Y ahora sí, ¡que paséis una buena semana, TraduEmprendedores!


viernes, 17 de mayo de 2013

¡El "One Lovely Blog Award" ya está aquí!

Viernes, 17 de mayo, 00:15 horas. Entro en Twitter y veo que Scheherezade Surià, del blog En la luna de Babel me ha nominado pero, ¿a qué? Reconozco que se me quedó cara de póker porque, hasta ese momento, no había oído hablar del "One Lovely Blog Award".
Me puse a investigar y ya me enteré de qué iba la cosa :) Y aquí estamos.


What?!


En primer lugar, por supuesto, agradecer a Scheherezade que me nominara, no me lo esperaba para nada. Además, me hace especial ilusión que la nominación venga de ella, pues su blog es uno de los que más leo y me parece una persona muy profesional. Así que, gracias de nuevo por invitarme a participar en este juego/concurso.

Bueno y, ¿cuál es el objetivo y en qué consiste este juego?
Su objetivo es que conozcamos blogs que quizá nos hayan pasado inadvertidos, así como a las personas que hay detrás de estos. A mi me parece una iniciativa estupenda y una experiencia enriquecedora, por eso he decidio sumarme a ella.

Si quieres participar, solo tienes que hacer lo siguiente:
  • Agradecer el premio a quien te lo ha otorgado.
  • Contestar a las once preguntas que formule en su entrada.
  • Otorgar el premio a otros once blogs.
  • Formular once preguntas para que estos blogueros las contesten.
  • Informar a los blogueros nominados a través de las redes sociales.
  • Visitar los blogs que han sido nominados además del tuyo.


Y ahora, sin más preámbulos, paso a contestar a las once preguntas de Scheherezade:

1. ¿Con qué objetivo empezaste el blog? (o tumblr)
   
Empecé el blog por dos motivos:

Por un lado, porque quería plasmar mi experiencia. Si piensas en olvidar, ¡olvídate de traducir! nació de la necesidad de expresarme, a modo de diario profesional.
  
Mi mayor fuente de información y formación en los distintos aspectos de la profesión han sido y son blogs de otros traductores y estudiantes de traducción.  Estos blogs me ayudan tanto en lo profesional como en lo personal; me aclaran y enseñan sobre la profesión y me hacen ver que no soy la única que se enfrenta a determinados problemas, miedos, o experimenta ciertas satisfacciones. Leer esos blogs me ayudó y me ayuda mucho, por ello también pensé que quizá  mis experiencias podrían servir a otros.

Por otro lado, decidí comenzar el blog para obligarme a escribir en español. Me encanta leer y escribir, desde siempre, pero es cierto que en los últimos años todo lo que leía y escribía era en inglés. Y lo poco que traducía hasta ahora no constituía una redacción «literaria».

Y, finalmente, aunque sé que he dicho que son dos los motivos u objetivos que perseguía al crear el blog, mentiría si no dijese  que también lo concebí como una manera de darme a conocer entre el gremio y como un vehículo para entrar en contacto con otros profesionales.

2.  ¿Eres freelance o trabajas en plantilla? ¿Qué ventajas tiene para ti respecto a la otra modalidad?

Soy freelance. Para mí la principal ventaja de esta modalidad es el crecimiento como persona. Sé que puede resultar extraño, así que voy a tratar de explicarme. Al establecerte como autónomo te obligas a realizar tareas distintas de la traducción y, por lo tanto, te obligas a asumir más responsabilidades. Responsabilidades que en la mayoría de los casos pueden suponer o ser sinónimo de retos. Yo opino que para que una persona pueda sacar lo mejor de sí o todo lo que es capaz de ofrecer, para poder desarrollarse, para llegar a la plenitud personal o profesional necesita que la pongan al límite. Creo que solo así uno puede crecer como persona o profesional, que llega a desarrollarse como tal. Y eso es algo que la independencia o «autonomía» nos permite ya que debemos ser directores, gestores, traductores, terminólogos, contables, relaciones públicas y un largo etcétera.

Creo además que esta ventaja es, a la vez, el mayor inconveniente; hace unos años mi respuesta habría sido bien distinta.

3. Con las dificultades que estamos atravesando, ¿alguna vez has pensado en tirar la toalla como traductor? (Me refiero a dejar de pagar autónomos y buscar otra cosa, por ejemplo.)

Llevo muy pocos meses en esto y mentiría si dijera que no. Como tú y cualquier otro profesional que lleve más tiempo en el mercado sabréis, los comienzos son duros, independientemente de la época en la que se viva. En mi caso, además, dar el paso supuso una ruptura con todo lo anterior, de lo cual no me arrepiento, por otro lado. Pero sí, peco de poca paciencia y a veces me gustaría que las cosas fueran más rápido y hay días en los que desearía mandarlo todo a pique, pero entonces me paro y pienso en los motivos que me llevaron a tomar esta decisión, respiro profundamente y sigo con lo que estaba haciendo o, si realmente estoy agobiada, me pongo con otra cosa, como por ejemplo, el borrador de una nueva entrada para el blog, porque cosas que hacer siempre hay.

En cuanto a lo de buscar otra cosa, sí lo hago, pero porque soy consciente de que ahora necesito compaginar la traducción con otra actividad, hasta que pueda dedicarme a la primera a tiempo completo. Ahora la compagino con clases de inglés y de español para extranjeros, pero sin perder de vista cuál es mi objetivo.

4. ¿Qué importancia tiene para ti seguir formándote como profesional?

Para mí tiene una importancia primordial. De hecho, en esta primera etapa es a lo que más tiempo dedico, junto con la búsqueda de clientes. He realizado varios cursos para profundizar en las especialidades a las que me quiero dedicar, leo mucho sobre estas especialidades, pero también sobre contabilidad y fiscalidad, sobre el estado del mercado, herramientas específicas para el traductor y, en general, sobre todos los aspectos que tienen que ver con la vida profesional de un traductor autónomo. También trato de asistir a eventos de nuestro gremio y de los sectores de mis especializaciones, además de talleres y cursos sobre aspectos comunes a todos los autónomos.
Mi próximo evento traductoril es Traduemprende, el viernes 24 de mayo, en Madrid.

5. Si trabajas en casa, ¿qué haces para separar mejor tu vida personal de la profesional?

Uff, pues la verdad que me está costando, pero no por mi, sino por las personas que viven conmigo. He colgado un cartel en la puerta con mis «normas» y trato de concienciarlos de que respeten mis horas de trabajo, que imaginen que estoy fuera en una oficina y que se planteen si me llamarían por teléfono para preguntarme o informarme de ciertas cosas.

Por mi parte, he establecido un horario y una rutina. Y, aunque no me visto «de punta en blanco», hasta ahora jamás me he sentado frente al ordenador en pijama; nunca me ha gustado quedarme en pijama por la casa. Lo primero que hago al levantarme es asearme y vestirme.

Además, he acondicionado mi rinconcito de trabajo para que parezca una oficina y siempre dejo todo recogido antes de comenzar mi jornada —jamás dejo la cama sin hacer, ni ahora ni cuando trabajaba fuera de casa, es una manía que tengo—; todo tiene que estar en orden.

6. ¿Qué típico tópico de nuestra profesión te molesta más? ¿Por qué?

Pues creo que el más típico: que un traductor es una persona que sabe idiomas (y además es un diccionario andante). Antes me costaba mucho dar explicaciones a quienes piensan esto, pero ya estoy en una etapa más «calmada» y soy consciente de nuestra responsabilidad como «educadores» para disipar los tópicos.

Y la razón es porque yo misma tenía (casi) esa concepción de la traducción antes de empezar la carrera. Fue una vez dentro cuando comprendí y aprendí que para traducir se requieren muchas más competencias.

7. ¿Tienes alguna manía a la hora de trabajar?

Pues la que mencionaba en la pregunta 5, que tengo que tenerlo todo recogido antes de empezar a trabajar.  Y una mala manía que tengo es la de poner el dedo en la pantalla del ordenador para señalar algo; tengo que limpiarla a fondo todos los días :p

8. ¿Recuerdas algún encargo o proyecto especial? ¿De qué se trataba?

Bueno, hasta ahora no he tenido muchos encargos remunerados. Pero sí que empecé a colaborar con una ONG a través de la red de voluntariados online de las Naciones Unidas y contactan conmigo al menos una vez al mes. La ONG se dedica a la defensa de los derechos de la infancia, por ello decidí postularme como voluntaria con ellos. Es una causa con la que estoy comprometida desde hace años, por lo que disfruto mucho traduciendo para ellos. Esta actividad, además, me «obliga» a traducir y, por lo tanto, a consultar cantidad de documentos oficiales, lo que me ayuda a adquirir esa especialización que todo traductor debe perseguir.

9. ¿En qué te especializas y por qué esa especialización y no otra?

Como dicen los traductores que llevan años en la profesión, la especialización se consigue a través de la práctica, de la experiencia. También he leído y escuchado que es el mercado el que te especializa. Atendiendo a esto último, trabajo en mi formación en traducción técnica, especialmente en el campo de la arquitectura, en la que además hay mucho de jurídica, que fue una de las especialidades que elegí durante la carrera. Por otro lado, y atendiendo a mis preferencias, trabajo por especializarme en la traducción audiovisual, pero sobre todo, en la accesibilidad y concretamente, en la audiodescripción. Si me preguntaras cuál es mi meta a largo plazo, sería poder dedicar gran parte de mi vida profesional a la audiodescripción de series, películas y espectáculos. 

10. ¿Qué te gusta más de la profesión?

Sé que sonará a típico tópico, pero lo que más me gusta es la cantidad de cosas que aprendes. Aprendes y descubres realidades que ni siquiera sabías que existían. Y estos descubrimientos pueden llevarte a tomar caminos que no te habías planteado y que te hacen crecer como profesional y como persona.

Otro de mis aspectos favoritos de la profesión es su capacidad de hacernos más tolerantes, de abrirnos la mente y aceptar la diferencia como algo natural y enriquecedor.

11. ¿Qué te gusta menos? 

Lo que menos me gusta es trabajar en casa, o mejor dicho, sola. Ahora no me lo puedo permitir pero, en cuanto sea posible, me instalaré en un espacio de coworking. Necesito sentirme dentro de un grupo, de un sistema de trabajo, aunque las personas que tenga alrededor se dediquen a otra cosa, de hecho, lo prefiero; me gusta conocer otras profesiones.

Y ahora viene la parte más emocionante... ¡las nominaciones! He aquí mis nominados:
  •  Las chicas de La Pera. Por su creatividad, por el interés de sus entradas y por el enfoque que les dan. (También por su logo, que me encanta.) :)
  • Dicho de otra forma, de Mar González. porque se centra en la accesibilidad, mi campo preferido, y porque aporta mucha información interesante, relevante y útil.
  •  Los chicos de WeTAV.  Por el interés  y la variedad de la información que proporcionan y por ayudarme a aprender más sobre la TAV.
  • Los chicos de ETEP Por la novedad de su iniciativa, el interés de esta y porque me han descubierto una nueva especialización y han hecho que me replantee muchas cosas :)
  • Traducir es descubrir, de Laeticia Abihssira. Por la calidad, interés y variedad de contenidos.
  • Midnight in translation, de Elena Nevado. Porque es un blog que, con muy poquito tiempo de vida, ha logrado crear contenidos muy interesantes.
  • Jugando a traducir, de Rafael López Sánchez. Porque me parece que su autor es un gran profesional y genera contenidos intereseantes y de calidad.
  • TraducArte, de Iris C. Permuy. Por la pasión que transmite.
  • El taller del traductor, de Elizabeth Sánchez León. Porque su experiencia me ayuda en mi camino como traductora.
  • Aquí se traduce, de Itziar. Por su capacidad para contar mucho con pocas palabras.
  • Traducción temeraria, de Nadia García Diaz. Por el interés de sus entradas y su dinamismo.

Y para terminar esta parte del juego, ahí van las preguntas para mis nominados:
  1. ¿Por qué decidiste estudiar TeI o dedicarte a la traducción profesional?

jueves, 9 de mayo de 2013

Cómo superar un mal día o cómo la traducción me da vida

Este blog nació con el objetivo de plasmar mis vivencias, reflexiones, sorpresas, alegrías —y penas—, descubrimientos y preocupaciones, entre otros.

Pues bien, a lo largo de estos meses estoy descubriendo y experimentando lo que otros que ya pasaron por aquí cuentan: que los comienzos son duros, difíciles y a veces frustrantes; como la vida misma, vaya.
El haberme planteado y decidido hacerme autónoma me ha ayudado a madurar, a madurar como persona, me refiero. Por supuesto que me ayuda y obliga a madurar profesionalmente, pero ahora veo que en mi caso —no sé si en el de los demás— lo profesional y lo personal van de la mano. Conforme voy avanzando, retrocediendo, tropezando, avanzando de nuevo, aprendiendo, planteando y replanteando, estudiando opciones, descartando unas y abrazando otras en el terreno profesional, paralelamente avanzo, retrocedo, tropiezo, avanzo de nuevo, aprendo, me planteo ciertas cosas, replanteo otras y estudio distintas opciones de mi vida personal. Estoy descubriendo muchas facetas, aptitudes y actitudes, positivas y negativas que poseo. Y sí, he dudado muchas veces; en ocasiones he pensado «¿estaré hecha para esto?, ¿será esto lo mío?». Y entonces te llega alguna felicitación y agradecimiento, y te animas.

Sigues viviendo y, aunque parezca mentira —no, no me pongo colorada— hay vida más allá de la traducción. Y surgen otras preocupaciones, y tienes riñas, peleas, sustos, preocupaciones, preocupaciones y otras preocupaciones. Incluso hay veces en que el día se estropea nada más amanecer. Y justo ese no es tu día optimista, a pesar de que tú eres una persona optimista —o al menos lo intentas—. Y como además, ese día no tienes encargos (porque trabajo siempre hay), la probabilidad de pasar página y venirse arriba cae en picado.
Todo ese estado, junto con el estrés acumulado durante días te provoca un dolor de cabeza de los que marcan historia y hasta decides tumbarte media horita despuésde comer, a ver si se pasa.
Y es entonces cuando crees que todo —el día— está perdido, abres tu buzón de correo electrónico y encuentras que una de las entidades con la que colaboras te solicita ayuda.

Varios son los motivos por los que colaboro como voluntaria. Uno de ellos es mi compromiso con la causa que la ONG o la plataforma defiende o promueve. Creo que todos estamos comprometidos con algo, aunque a priori no lo sepamos, pero a todos nos interesa algo; todos tenemos algo que nos mueve, o que mueve algo en nuestro interior (y que no tiene por qué ser de naturaleza benéfica).
Se me quita el dolor de cabeza, me siento en mi escritorio, frente a mi ordenador y empiezo a leer el texto. Sin darme cuenta, mi día ha dao un giro de 180 grados. Me siento feliz, motivada. El texto que tengo que traducir, al ser por iniciativa voluntaria, tiene una temática y una finalidad que me encantan, que forman parte de mí, de Inés.

 Y entonces ocurre el milagro revelador. Es ahora cuando entiendo que elegí estudiar TeI motivada por mi deseo de difundir información, conocimiento, de hacer llegar toda clase de contenidos a cualquier rincón del planeta, de hacer accesible el conocimiento, sobre todo a quienes tienen más dificultades. 
Los cables siguen conectando y me hacen comprender por qué antes quise hacer Periodismo y por qué hoy me «chifla» traducir noticias, artículos, crónicas o cualquier otro género periodístico. 
Los recuerdos y las imágenes invaden mi psique, corretean de un lado para otro y me veo ahí sentada, con esos ya lejanos 12 años, traduciendo mis canciones preferidas, los artículos de las revistas que me interesaban, escribiendo relatos sobre los problemas que, como adolescente, me preocupaban por aquel entonces.

Y es en ese preciso momento cuando comprendo que hay algo en lo que no me equivoqué, que esto SÍ es lo mío.


Traducir + Escribir = Inés Feliz