jueves, 18 de octubre de 2012

Una de currículos, experiencia y alguna que otra tortilla

Hola de nuevo a todas y a todos:

Llevo bastante tiempo queriendo escribir esta entrada, pero unas veces porque surgen otras tareas y otras, porque se me van ocurriendo más ideas o enfoques para su redacción, lo cierto es que siempre lo he ido posponiendo.
Pero aquí estamos, de hoy no podía pasar :-)

Como sabéis estoy empezando mi aventura como traductora autónoma. En las entradas anteriores os he contado algunos pasos que he dado hasta ahora.
Hoy trataré un tema que siempre está de actualidad: el currículo (CV en adelante) del traductor.

Bien, para poneros en antecedentes os contaré que, siguiendo los consejos de numerosos traductores, ando sumergida en la creación de mi página web profesional. Y habéis leído bien, ando totalmente sumergida, pues soy una persona muy curiosa (qué raro, ¿no?) y me gusta involucrarme en mi propio proyecto en la medida de lo posible. Y digo en la medida de lo posible porque soy consciente de mis limitaciones y por eso cuento con la ayuda y asesoramiento de quien sí tiene un conocimiento más profundo de programación; mi pareja :-)
También estamos sumergidos en la creación de mi marca personal, y espero poder enseñaros todo pronto. Mientras tanto, vamos a lo que íbamos.

Una de mis tareas diarias es buscar clientes. Para ello, he dividido mi búsqueda en clientes directos, finales, y agencias o empresas de traducción. En esta entrada me centraré en las agencias o empresas de traducción.
Al acceder a sus páginas web, he comprobado que cada agencia o empresa tiene su propio criterio de selección y de admisión de información o documentación. Así, unas tienen un apartado específico donde publican sus ofertas de trabajo, otras piden rellenar un formulario específico para traductores (donde la información contenida también varía de manera considerable), en otros casos ofrecen un formulario donde insertar tus datos y escribir la consulta que deseas realizar, otras solo te piden que envíes un CV, y otras que acompañes este último de una carta de presentación.

En un principio, y tras leer opiniones diversas, yo pensaba que una página web profesional ya era tu carta de presentación, otra manera menos tradicional y más innovadora de hacer tu CV.
Sin embargo, he encontrado agencias y empresas donde además piden que adjuntes un CV.
De ahí que dedicara bastante tiempo a informarme sobre otras maneras de hacer currículos. Afortunadamente, hay numerosas entradas en blogs de traductores y otros profesionales o portales de empleo. Recomiendo la lectura de la siguiente entrada en el blog Mis apis por tus cookies, donde se detallan modelos distintos en cuanto a la forma y al contenido. Existen muchísimas entradas en blogs de compañeros, sólo tenéis que investigar un poco.

A mi me gustó el modelo propuesto por Cuvitt. Me parece interesante que destaque los distintos tipos de "talentos" que poseemos; lo vi en consonancia con la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (Premio Príncipe de Asturias 2011 de Ciencias Sociales.y me gustó porque pienso que prioriza las capacidades personales. Creo (y esta es mi opinión personal) que todos tenemos múltiples inteligencias o, dicho de otra manera, que a todos se nos dan bien varias cosas, o que somos buenos en varias áreas. Para mi, que no hayas desarrollado una capacidad no quiere decir que seas malo en esa área o que seas incapaz de adquirir esa destreza, o talento o tipo de inteligencia. Otra cosa es que todos tengamos nuestro talento preferido o que uno destaque sobre el resto.

                                                                                                                                                                        
Fuente: www.infoamerica.org


Así pues, me registré en Cuvitt y me hice un CV distinto. Lo cierto es que me gusta bastante el enfoque, pero no terminaba de convencerme, me faltaba algo.

Por otro lado, había visto miles (bueno, no tantas, es que soy andaluza y según dicen somos exagerados) de plantillas para hacer currículos; unas generales, otras específicas para traductores, pero tampoco se adecuaban a mi perfil o a lo que yo quería expresar.
Pero claro, yo tenía hechos varios modelos: un modelo europass en inglés y otro en español, otro tradicional en español y otro basado en las capacidades y específico para el trabajo de traductor. Este último me lo enseñaron durante la carrera y es el que más solía utilizar.
Sin embargo, los tiempos cambian, las TIC se imponen y la creatividad y originalidad se antojan más necesarias que nunca.

Gracias a la ponencia de Anna Romero en las jornadas de Tremédica de este año, descubrí un programa para realizar presentaciones, Prezi. Y un día se me ocurrió que podría ser una buena herramienta para crear un CV dinámico y diferente. Me abrí una cuenta y empecé a investigar. Y descubrí que había más gente que había pensado lo mismo que yo :-)
Aquí os dejo uno que me gustó mucho:

Aunque la idea de este tipo de CV me parece original y diferente y, a pesar de estar creando uno, me faltaba algo. Quería crear uno estático, que pudiera imprimir, que fuera diferente, original y que se ajustara a mi realidad. Pero la inspiración nunca llegaba. 
Hasta que un día, se planteó el tema de  las posibles plantillas para hacer currículos en el grupo de discusión de Asetrad. Y de ahí me surgió la idea de crear una plantilla para mi CV con Word, la que se ajustara a mis necesidades. Comencé a experimentar, a añadir formas, cuadros de texto, colores, imágenes, etc. Y así surgió lo que he denominado mi CV. No obstante, es un primer experimento; todo en esta vida es mejorable, o al menos eso pienso yo.

Y ¿qué criterios he elegido? Pues veréis, como señalé antes, prefiero el enfoque de las capacidades y las competencias y he intentado sacar partido a mis deficiencias; darle la vuelta a la tortilla, por decirlo de alguna manera.
En primer lugar, puesto que mi objetivo es dedicarme a la traducción autónoma, le he dado el enfoque de una empresa que ofrece sus servicios, no el de una persona que busca que una empresa la contrate. Por lo tanto, explico qué he hecho y qué puedo hacer por la persona o la empresa que lea el CV.
He incluido mi nombre comercial y personal y una foto, y señalo los servicios que presto, mis lenguas de trabajo y las áreas de especialización. Al final del documento he añadido mis datos de contacto; número de teléfono, dirección de correo electrónico y Skype. Cuando tenga la página web, añadiré la url.
He optado por no incluir mi dirección de correo postal, ni mi fecha de nacimiento, etc. porque, como indiqué antes, he planteado el CV como "un folleto de promoción" de una empresa (sí, una empresa unipersonal).

En el área de formación, sólo he incluido aquella relacionada o que pueda ser de utilidad en el área de la traducción o de otros servicios que quiero prestar (teniendo en cuenta que quiero dedicarme a la traducción y a la accesibilidad de productos audiovisuales, añadiré la licenciatura en TeI, el posgrado en subtitulado para sordos y audiodescripción para ciegos y cursos de Lengua de Signos Española). Sin embargo, lo que me interesa mostrar no es (únicamente) los títulos o formación que he adquirido, sino qué destrezas, competencias o contenidos he adquirido y estudiado y cómo puedo aplicarlos. Para resaltarlos, he planteado preguntas del tipo ¿qué destrezas adquirí?, ¿qué aprendí? o ¿qué hice?

El planteamiento en el apartado de experiencia profesional es similar. Sólo he añadido aquella que me ha permitido adquirir un bagaje cultural, práctica o cualquier tipo de destreza o competencia que esté relacionado directa o indirectamente con el ejercicio de la traducción y que se  pueda aplicar a esta profesión. Por ello, he redactado preguntas como ¿qué aprendí de esta experiencia?, ¿qué (beneficios, experiencia) me ofreció este trabajo? o ¿qué destrezas adquirí?
Aquí os muestro como quedaría mi apartado de experiencia laboral:


Como veis mi experiencia laboral como traductora profesional es escasa, de ahí que destaque las cualidades y competencias que he desarrollado en mi vida laboral que se ajusten y que sean necesarias para todo traductor profesional.
Por ejemplo, es muy recomendable haber vivido o trabajado en algún país donde tu lengua origen sea la materna, pues como sabemos, para traducir no sólo es necesario tener una buena base lingüística o conceptual, sino también cultural. Pues en mi caso, menciono mi trabajo como auxiliar de conversación española en Inglaterra y destaco que, gracias a este trabajo, pude mejorar mi lengua materna (pues es la que enseñaba y ya sabemos la importancia que tiene dominarla y usarla correctamente en esta profesión) y que además, me permitió realizar una inmersión lingüística, también muy recomendable para la labor traductora (y no lo digo yo, sino los que saben mucho mucho, como Corinne McKay).

Por eso, es importante saber qué piden en el mercado laboral; qué capacidades y competencias se esperan de vosotros. De esta manera, podréis analizar a qué experiencias formativas o laborales, o incluso personales podéis sacarle partido para hacer ver a vuestros posibles clientes que sí reunís las condiciones necesarias para poder realizar un buen trabajo y convencerlos, persuadirlos para que os den la oportunidad de demostrarlo.  
Está claro que la experiencia es un grado y un punto a favor, pero para adquirirla primero hay que empezar a trabajar. Por eso, nuestro objetivo ha de ser persuadir y convencer, con buenos argumentos, por supuesto, y una vez conseguido, demostrarlo; nada de esto sirve si luego no tienes unas aptitudes y una profesionalidad adecuadas.

En estos tiempos de crisis (entendida como algo positivo, como cambio) debemos ser creativos, diferenciarnos en la medida de los posible del resto, y tornar ese cambio en algo positivo. Quizás no tengamos mucha o ninguna experiencia, pero podemos ofrecer mucho. Pregúntate qué puedes ofrecer tú. No te centres en tus deficiencias, todos "patinamos" en algo; céntrate en tus virtudes y exprímelas, dale la vuelta a la tortilla.

Fuente: actualidad.orange.es