jueves, 5 de diciembre de 2013

Aportaciones de #TraduemprendeBCN a mi joven vida empresarial


Hola a todos:

Sí, sí, ya lo sé, hace mucho que no escribo pero, como ya he señalado en otras ocasiones, solo escribo cuando siento que tengo algo que contar.

Lo cierto es que hace tiempo que tengo ganas de escribir esta entrada, pero no podía hacerlo hasta que concluyera la etapa que inspira estas líneas: la II Jornada sobre Traducción y Emprendimiento o, lo que es lo mismo, Traduemprende Barcelona.

Creo que a estas alturas ya habréis oído hablar de este evento, de estas ponencias, pues hay circulando por la red un buen puñado de entradas fantásticas y redactadas desde distintos puntos de vista. No es mi intención, por tanto, dar una opinión sobre el contenido de las ponencias ni una descripción subjetiva de lo que aconteció el día 22 de noviembre o los días 21 y 22 de noviembre.
Como he apuntado, existen unas crónicas estupendas que podéis consultar en el blog de Leon Hunter, promotor de este nuevo movimiento emprendedor dentro del gremio de la traducción.

Al igual que a Gabriel Cabrera, me gustan mucho las metáforas y la mitología griega, además de la literatura. Sin embargo, en esta ocasión no me valdré de una metáfora clásica como la de su divertida, amena y útil ponencia en Traduemprende Barcelona, o como la que usé para contar mi experiencia como asistente de la edición de Madrid.
Podría, asimismo, utilizar una metáfora con la disciplina preferida de otra de las ponentes, Amaia Gómez Goikoetxea pues, a fin de cuentas, el sentido último de estas jornadas es ayudarnos a materializar, construir nuestro proyecto (de vida) empresarial.
No obstante, como el propósito de este blog es contar los pasos que voy dando en esta etapa como autónoma, en esta entrada solo pretendo compartir con vosotros qué ha supuesto Traduemprende Barcelona para mí, qué ha aportado (y aporta) a mi vida profesional y cómo creo que puedo aplicar lo aprendido para mejorar mis competencias como profesional autónoma.

Bueno, pues empecemos por el principio. Hace unos tres meses y medio vi publicada una oferta de trabajo y decidí enviar una carta de presentación y mi currículo.
Habían pasado nueve meses desde que decidiera hacerme traductora autónoma, por lo que mi quehacer diario solía basarse en la formación continua, la búsqueda de clientes, mucha lectura sobre contabilidad, fiscalidad y otros ámbitos ligados a la parte menos —o nada— «traductora» de la actividad, la elaboración de modelos de facturas, de hojas de presupuesto, de hojas de encargo, de modelos de currículos, la creación de la página web, etc. Como me habían dicho y había escuchado por activa y por pasiva, el proceso es lento al principio y hay que ser paciente y constante; y tener mucha fortaleza mental.
Aun con pocas esperanzas, decidí enviar mi solicitud. Todos los expertos lo decían: hay que ser constantes. Y pacientes. Muy pacientes.

De ahí que, cuando recibiera el correo afirmativo de Leon Hunter tuviera que releerlo. Pero sí, sea por la razón que fuere, me proponía ser esa persona, la encargada de ayudarle con la organización y gestión de la segunda edición de Traduemprende. Un día más tarde comenzaba mi experiencia «Traduemprendedora».

La primera sensación fue de vértigo; nunca antes había participado en la organización de un evento profesional, multitudinario y de las características de Traduemprende. Me enfrentaba a algo nuevo, desconocido hasta ese momento, igual que cuando te enfrentas a una traducción cuya temática nunca has abordado; tienes unas nociones básicas, pero nunca has entrado en materia.
Sin embargo, no podemos dejar que ese miedo, causado principalmente por la inexperiencia, nos impida dar un paso hacia delante y afrontar nuevos retos. De ser así, siempre estaríamos en el mismo lugar, y si hay algo cierto es que la vida no se detiene, no espera; el mundo sigue y nosotros decidimos si queremos avanzar con él o quedarnos siempre en el mismo sitio.

Por lo tanto, mi primer paso fue afrontar el reto, pues era algo que quería hacer (y por eso presenté mi candidatura).
Como en cualquier nueva empresa (entendida como acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo), tuve que buscar información sobre las tareas que desconocía y «autoformarme» en varios aspectos y ámbitos, como por ejemplo en la utilización de programas de maquetación, algo que siempre quería hacer, pero para lo que nuca encontraba el tiempo (porque no me organizaba bien). 
Gracias a Traduemprende, tuve que ponerme las pilas con la fiscalidad y la contabilidad, pues para vender las entradas necesité investigar qué tipos de IVA existen, qué datos no pueden faltar en una factura (y qué tipos de facturas hay), así como recordar algunas fórmulas de Excel.
También me ha enseñado un aspecto tan importante y necesario en la vida de todo profesional autónomo como el trato con el cliente, con el público. Puede parecer algo fácil, pero quienes lleven tiempo en esto sabrán que no siempre es así. Somos humanos, personas, y no todos los días tenemos el mismo ánimo ni humor, igual que las personas con las que interactuamos. Sin embargo, ellas no tienen la culpa de que te hayas peleado con tu pareja, de que te hayan cancelado un proyecto o de que se te haya quemado la cena. Tenemos que ser profesionales y aprender a trabajar en equipo, a colaborar.
Y a esto también me ha ayudado Traduemprende, pues no he sido la única persona que ha contribuido a organizar esta jornada.

Con Leon Hunter, Sara y Judit.
Preservando el espíritu del primer Traduemprende, Leon lanzó un llamamiento pidiendo la colaboración de voluntarios para desempeñar determinadas tareas, como la búsqueda y reserva del local para la cena y la copa posteriores a la conferencia (gracias a Anna, Nati, Rosa y Neus), la traducción del blog de Traduemprende al catalán (gracias a Judit), el registro de asistentes y la difusión de información en los foros (gracias a Sara) o la presentación de la conferencia (gracias, Herminia). 
Mis otros compañeros, por supuesto, fueron los ocho ponentes y Yolanda Antón, encargada de inaugurar la jornada. Todos ellos hicieron gala de una gran disposición, colaboración y trato fácil y nunca me cansaré de agradecérselo.

Herminia, Yolanda y los ocho ponentes.

Compañeros de streaming y audiovisuales.
Pero, como en casi todos los proyectos o trabajos, también hay otros colaboradores anónimos, menos visibles pero no por ello menos importantes. Pensemos, por ejemplo, qué hubiera ocurrido si Xavier hubiera llegado tarde o hubiese utilizado ingredientes de baja calidad o en mal estado para el catering del cóctel y del coffee break. O si Albert hubiera utilizado una cámara «de todo a cien» para grabar las conferencias, o si Juan no hubiese utilizado un buen servidor para el streaming, o si Mar no hubiese apretado el «botoncito» de la mesa de control en el minuto «X» para que todos pudiéramos escuchar el vídeo de Javier Pérez Alarcón o el de Gabriel Cabrera, o si Aizpea, Aina o Carlos no hubiesen gestionado tan amablemente algunos cambios en el alojamiento.


 
Exquisita y cuidada presentación del servicio de catering.
Traduemprende ha mostrado y demostrado la importancia del trabajo en equipo; que es mejor sumar que dividir, que todos podemos aportar algo y que —esta es mi opinión— el futuro (y presente) de esta profesión, al igual que el de otras, pasa por el trabajo colaborativo.

Pero no todo va a ser maravilloso (que sí positivo) y Traduemprende ha sacado a la luz aspectos «negativos» o, más bien, aspectos que no estaba gestionando bien, a saber (y valga la redundancia), la gestión del tiempo y del estrés. De hecho, si se me permiten sugerencias, para la próxima o siguientes ediciones de Traduemprende creo que sería buena idea contar con alguien que nos hable sobre esto; sobre cómo gestionar o convivir con el estrés y cómo conciliar la vida personal y familiar con el trabajo por cuenta propia.


En mi caso, compaginaba esta colaboración con Leon Hunter con algunas traducciones, con clases particulares y con cursos de formación continua, además de con mi vida personal. Y he de ser sincera: no me lo he «montado» muy bien. No he conseguido ser todo lo productiva que querría o debería y, además, no he logrado canalizar el estrés en algunos momentos. Pero esto es algo positivo; la única manera —o al menos la más eficiente— de saber que estás haciendo algo mal es haciéndolo mal. Y para ello hay que lanzarse, perder el miedo a equivocarse, tal como nos dijera Elena Fernández en la primera edición de Traduemprende en Madrid.

Así que, si tuviera que enumerar todos los aspectos, destrezas o conocimientos que me ha aportado participar en Traduemprende Barcelona, la lista quedaría más o menos de la siguiente manera:
  • Afrontar retos.
  • Trabajar en equipo.
  • Coordinar.
  • Trato con el cliente.
  • Ser autodidacta.
  • Aprender a gestionar el estrés y el tiempo: aumentar la productividad.
  • Contabilidad y fiscalidad.
  • Adquirir capacidad para gestionar los imprevistos de última hora, solucionar problemas.
  • Gestinar redes sociales.
Como veis, todas estas competencias son completamente aplicables al ejercicio profesional por cuenta propia de la traducción.

Por supuesto, Traduemprende Barcelona me ha permitido socializar y conocer a profesionales del gremio, como el propio Leon Hunter, entrar en contacto con personas interesantes a nivel profesional y personal, algo importante para mantener una mente equilibrada, una correcta salud mental (que a veces puede verse afectada si nos aislamos y no abandonamos la «traducueva») y rencontrarme con viejas conocidas, como Míriam Bernal.

Socializando y «desvirtualizando».
Y, finalmente, me ha demostrado que con esfuerzo, dedicación y mucho trabajo y paciencia es posible ir abriéndose un hueco en la profesión. Que, como nos dijo Irene Vidal, es muy duro y requiere mucho esfuerzo pero que cuando lo consigues, es muy gratificante y merece mucho la pena.
El propio Traduemprende, sin ir más lejos, es un ejemplo de ello: ha requerido mucho esfuerzo de todas las partes (humano y económico), no ha sido fácil pero, a juzgar por las sonrisas y la satisfacción de los asistentes, podemos decir que sí, que todo ese esfuerzo e ilusión ha merecido la pena.

Así que, desde mi pequeño rincón personal, animo a todo aquel que quiera emprender su viaje, su camino como profesional por cuenta propia a trabajar mucho, todos los días, a ser constantes y a no abandonar ante el primer contratiempo. Los resultados tardan en llegar o hacerse evidentes, vendrán racionados para que podamos disfrutar de ellos poco a poco y celebrarlos de uno en uno. Porque, para enfundarse el maillot amarillo, Indurain tuvo primero que completar y celebrar cada una de las etapas que lo conformaban.



Y ahora sí que termino, pero antes de despedirme quería dar las gracias a Leon Hunter por promover y organizar estas jornadas y por haber contado con mi colaboración, a todos los ponentes por la calidad e interés de sus ponencias, que nos han ayudado mucho, a todas las personas que han trabajado para que Traduemprende Barcelona fuera posible y, por supuesto, a los asistentes, porque sin una buena demanda la oferta no hubiese tenido sentido.

Un saludo y nos vemos (virtual o personalmente).

Extras:

Detalles de Lloyd, Gabriel y Scheherezade (¡Muchas gracias!).



Gabriel, Lloyd, Sara, la tarta #TraduemprendeBCN y yo.



Café a la salud de Atriex Traductores.

martes, 3 de septiembre de 2013

Otro pasito más

Vaya, ¡cuánto tiempo sin escribir! Y no, no seré hipócrita y diré que mi ausencia escritora se debe a la falta de tiempo. Se ha debido, simplemente, a la falta de un motivo y, por lo tanto, de motivación para escribir.

Sé que desde todos lados recomiendan solo abrir o empezar un blog si se va a escribir con asiduidad, y seguramente tengan toda la razón en sus razones y razonamientos. Sin embargo, yo no comencé este blog para tomármelo como parte de mi trabajo, sino para, por un lado, obligarme a cultivar de nuevo el hábito de escribir por placer y, por otro, para contar mis avances, retrocesos y, en definitiva, mi experiencia como principiante en el mundo de la traducción autónoma.

Y bien, en todo este tiempo que he estado ausente de este espacio, no he estado parada, sin embargo. 
He traducido, y he ampliado mi formación realizando un curso de Traducción y localización de videojuegos EN>ES, impartido por Trágora Formación
He seguido con la búsqueda de clientes, y he actualizando y dado un cambio de look a mi CV gracias a los consejos que Marta Stelmaszak da en su Business School for Translators, concretamente en su nuevo ebook.
Y, recientemente, he comenzado a colaborar con Leon Hunter, S.L. en la organización del próximo TraduEmprende que tendrá lugar en Barcelona el 22 de noviembre.

Pero hoy os escribo para contaros que por fin adquirí un dominio y un alojamiento para dar vida a la página web que estamos construyendo y visibilidad a mis servicios. Aún le quedan varios retoques y por eso, de momento, hemos sacado una página estática para informar de estos servicios y de nuestros datos de contacto. 
Así que, violà, aquí os presento la página temporal de Tradinés Language Services: 




Pasito a pasito hacemos el camino

viernes, 28 de junio de 2013

Redes sociales sí, salud social también

Hola a todos:

Hoy os escribo para compartir una reflexión personal que, si bien no es sobre traducción o accesibilidad, sí está relacionada o interfiere en nuestra actividad profesional.

No hace mucho, un par de semanas, creo, vi la película Los sustitutos en televisión. Dirigida por Jonathan Mostow y protagonizada por Bruce Willis, la película nos muestra una humanidad que vive y experimenta a través de unos robots que suelen ser la versión perfecta de la persona: guapos, jóvenes, fuertes. Un poco al estilo Matrix, la persona real, el humano, dirige a su otro yo desde un sillón, una cama o un sofá donde se conecta al programa en cuestión. De esta manera, el humano no corre el riesgo de exponerse a determinados peligros y, en caso de amenaza, siempre puede desconectarse.


Los sustitutos. 2009.

Pocos días después de ver la película, vi uno de los muchos anuncios que existen sobre videojuegos que emulan la realidad. Este, en concreto, anima a los usuarios a quedar con los amigos para ir a divertirse, viajar, etc. a distintos lugares.
Inmediatamente, no pude evitar pensar en otras aplicaciones y juegos de la actualidad, que nos animan a vivir quizás la vida que soñamos y que, por las razones que sean, no podemos tener. Podemos ir a la playa, a la montaña o de compras con nuestros amigos virtuales (aunque normalmente, detrás de cada amigo virtual hay uno «de carne y hueso»), vivir situaciones y experiencias varias.
Pero, al igual que en Los sustitutos, vivimos experiencias pero no experimentamos.

Que nadie me malinterprete; esta entrada no es una crítica a la industria de los videojuegos, ni a la tecnología ni a los avances tecnológicos. Pienso que la tecnología es buena, necesaria en muchos casos y que los videojuegos aportan muchos beneficios; el problema, bajo mi punto de vista, reside en el uso que le damos, como casi en todo.
Está bien poder fantasear de vez en cuando; a todos nos gusta soñar, ¿por qué no? Pero estaríamos cometiendo un error si confundiéramos fantasía con realidad; si hiciéramos de esa vida ficticia nuestra vida. Sé que esta aseveración puede parecer exagerada, pero no es tan difícil caer en ella. Más aún cuando nuestra actividad laboral nos obliga a pasar horas delante del ordenador. Y todos sabemos que no solo traducimos; también dedicamos parte de ese tiempo a interactuar con otros colegas o amigos a través de las redes sociales. Y quién sabe, quizá también aprovechamos un descanso para echar una partidita a uno de esos juegos que todos conocemos.

Los traductores autónomos y otros porfesionales independientes solemos trabajar en casa, solos, aislados. Las redes sociales 2.0 pueden sernos de gran ayuda para comentar dudas, compartir noticias, recursos, para despotricar desahogarnos, para estar en contacto con personas que viven lejos. Está claro que podemos hacer un uso muy bueno y provechoso de estas redes sociales. Sin embargo, y en la opinión de esta humilde servidora, no podemos olvidar que hay vida más allá de internet, y que es muy fácil sucumbir a sus encantos y pasarnos horas tecleando. Incluso con personas a las que tenemos dos manzanas más abajo. Podemos ir a la playa virtual con nuestros amigos virtuales viviendo en Huelva, zona costera. O al gimnasio virtual a poner a nuestro sustituto buenorro para el verano.




Hace unos meses, en el último ETIM, tuve el placer de escuchar en directo a Xosé Castro, quien no necesita presentación, y quien dijo (más o menos, lo retuve solo en la memoria) que la mejor red social que existe es la que se da entre una tapa de bravas y otra de ensaladilla. Las redes sociales han existido siempre; Aristóteles ya lo anunciaba allá por el siglo IV a. C.: «El hombre es un animal político», necesita vivir en sociedad. También fue quien afirmó que en el término medio está la virtud
Cada vez que nuestras madres salían al descansillo a cotillear conversar con la vecina, cada vez que ibas al cumpleaños de un compañero de clase, cada vez que nuestros abuelos iban a echarle una mano al vecino con ese grifo que no dejaba de gotear, en todos estos casos existía una red social, pero sin internet de por medio.

Quizá vivas lejos de la playa, pero seguro que tienes cerca un parque, una piscina, una terraza, un bar (¿será por bares en España?) donde puedes quedar con un amigo (¡que incluso no sea traductor!) y pasar un rato agradable, experimentando el aire, el sol, el frío, la risa, el ruido y saboreando una bebida, un helado, una tapa.

Borges decía —no entraré en disputas sobre autorías— que la vida está hecha de momentos; yo coincido con él. En principio, solo tenemos una vida, un tiempo, pero desconocemos la cantidad del que disponemos. Así que, ¿qué mejor que vivir? Pero vivir sintiendo, experimentando, aunque corramos el riesgo de hacernos daño, de equivocarnos.
Así que hazte un favor y, cuando termines de trabajar o nada te obligue a quedarte sentado delante del ordenador, queda con un amigo, coge a tu pareja, a tus hijos, a tu vecino y sal a que te de el aire; vive. Tú, tu salud, tus amigos, tu familia, tus colegas y tu trabajo lo agradecerán (doy fe).


Redes sociales



lunes, 17 de junio de 2013

Así viví la I Muestra de Cultura Accesible de Huelva

Hola de nuevo:

Hoy os escribo para contaros mi experiencia en la I Muestra de Cultura Accesible, celebrada el pasado jueves 13 de junio en Huelva.
La idea partió de una de las empresas proveedoras de servicios de accesibilidad en HuelvaTextual, empresa 100% onubense.

Antes de continuar, me gustaría aclarar, para aquellos que no estén familiarizados con el concepto, qué es o a qué nos referimos cuando hablamos de accesibilidad. En términos genéricos, la accesibilidad se refiere al grado en el que todas las personas pueden utilizar un objeto, visitar un lugar o acceder a un servicio, independientemente de sus capacidades técnicas, cognitivas o físicas.

El objetivo de esta empresa era la de mostrar y demostrar que todos podemos acceder al ocio en igualdad de condiciones, sin un gran esfuerzo. Como casi en todo, las cosas siempre son mucho más fáciles de lo que creemos; lo único que hace falta es echar ganas, ilusión y dedicación.
La sociedad es heterogénea; todos somos diferentes. El problema, desde mi punto de vista, es que tradicionalmente hemos considerado la diferencia como algo negativo, cuando es lo genuino lo que enriquece y hace avanzar a la sociedad. Esta diferencia impulsa la creatividad y, como veremos a continuación, da lugar al arte.

Pues bien, desde hace unos años y gracias a la aprobación de la ley 51/2003, de 2 de diciembre, de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibulidad universal de las personas con dicapacidad (LINDONAU), varias empresas y profesionales autónomos trabajan para eliminar las barreras que obstaculizan e impiden que determinadas personas disfruten del ocio y de la cultura.
A pesar de los avances que se han ido produciendo en los últimos años, la accesibilidad a los medios de comunicación y a la cultura siguen siendo grandes desconocidos para la mayor parte de la población.
De ahí que, Textual tomase la iniciativa de organizar una Muestra de Cultura Accesible abierta a toda la ciudadanía con el fin de eliminar la primera barrera en accesibilidad: el desconocimiento.

Y no podrían haber elegido un lugar, un entorno mejor para su celebración: el Muelle de las Carabelas, en la Rábida. Creado para conmemorar el V centenario del descubrimiento de América, esta recreación del entorno histórico de la época sirve como monumento a los viajes de Colón.


Muelle de las Carabelas. La Rábida (Palos de la Frontera), Huelva.

La jornada comenzó a las 19:30 en la sala de audiovisuales del complejo, con la proyección de dos cortometrajes: Desayuno con diadema y Ejercicio.
Ambos contaban con subtitulado para sordos y personas con discapacidad auditiva y audiodescripción para ciegos y personas con discapacidad visual. Asimismo, las intervenciones y agradecimientos eran interpretadas en lengua de signos (LSE) por intérpretes profesionales, cuya labor durante toda la Muestra fue excelente.

Programa de la Muestra.


Acto seguido, salimos al exterior para disfrutar del resto de actividades. Sentados en la grada aneja a la taberna medieval, pudimos asistir, en primer lugar, a la representación de varios fragmentos de Bodas de Sangre, interpretados por el grupo del Movimiento Teatral de la ONCE Tiflonuba, galardonado con el  Premio Max Aficionado 2013 y que aúna actores videntes, ciegos o personas con algún tipo de discapacidad visual.
Todo lo que diga de estos actores se quedaría corto, así que os animo a asistir a sus interpretaciones para que comprendáis mi ausencia de palabras. Enhorabuena a esta gran compañía.
Los fragmentos estuvieron interpretados en LSE, y una vez más, quiero felicitar a las intérpretes.

Miguel Montaner, socio de Textual, presentando a Tiflonuba.

Bodas de Sangre. Tiflonuba.
La siguiente muestra fue de poesía, concretamente la del poeta onubense Daniel Salguero, que nos deleitó, entre otros, con poemas de amor. Aunque en la fotografía no aparezca, los poemas fueron interpretados en LSE por una de las dos intérpretes.

Daniel Salguero recitando.
Después del recital de poesía, vino el de música. El joven cantautor Thomas Svenson JR JR, del grupo Supersuecas, nos regaló algunos de los temas del grupo (alguno que otro inédito). Para mí, este grupo fue todo un descubrimiento, un agradable descubrimiento, pues aúna voz y letras de gran calidad. 

Thomas Svenson JR JR, interpretado en LSE.

La tarde iba cayendo en Huelva, y el fin de fiesta se iba acercando.

Monumento al Descubrimiento visto desde la grada del Muelle de las Carabelas.
Y la encargada de poner el broche final a una tarde llena de arte y cultura accesibles para todos fue la compañía Arymux que, como define en su página web, «(...) es lengua de signos que enlaza danza, música y versos».
La compañía está dirigida por Rakel R.R., una granadina afincada en el País Vasco que no solo derrocha profesionalidad, sino simpatía por los cuatro costados.
Nos hizo reír, disfrutar, admirar, bailar y usar la lengua de signos. 
Dedicó temas a todos: a los abuelos (haciendo una mención especial a su abuelo), a los padres, a los niños, y a todas aquellas personas que no creen en la realización de los sueños ni de las ideas. Nos enseñó que «todo es imposible hasta que alguien lo hace por primera vez», pues su proyecto de aunar danza, LSE, personas sordas y personas oyentes es una realidad incuestionable.
Sin duda, Rakel y sus bailarines pusieron la guinda a una tarde mágica, increíble y sobre todo, FACTIBLE.

Rakel presentando su espectáculo.

Rakel interpretando la versión de Bebe de «A quién le importa».

Como pudimos comprobar todos los que asistimos a esta Muestra, hacer la cultura accesible es totalmente factible y no requiere de un esfuerzo sobrenatural. La accesibilidad es posible, es ya un hecho. Pero hay que invertir tiempo, ganas, recursos  y dinero no solo en su realización, sino también en la investigación.

Salí encantada de aquella Muestra, no solo por lo que se había y se puede conseguir, sino porque disfruto mucho de la accesibilidad al ocio. 
Me gustó especialmente la interpretación de las canciones en LSE, por el componente artístico que conlleva. Por otro lado, cuando vemos a un intérprete de LSE, pensamos que su trabajo se limita a la interpretación en directo, pero existe un gran trabajo previo, de documentación y consenso en la terminología, al igual que ocurre en interpretación interlingüística. 

No obstante, eché en falta a dos grandes desconocidas, la audiodescripción en teatro y en danza. Son dos modalidades complicadas y lo ideal sería que el audiodescriptor tuviera formación en danza y teatro. La locución del guión audiodescriptivo se hace en directo, y no siempre se disponen de los medios técnicos para ello. Ambas son unas disciplinas interesantes que poco a poco se van abriendo hueco. Pero no olvidemos que esta es solo la primera Muestra :)

La buena noticia, como pude comprobar el pasado 13 de junio, es que existe movimiento en torno a la accesibilidad, que hay gente interesada y dispuesta a trabajar para que el ocio, el entretenimiento y cualquier tipo de información, estén al alcance de todos, independientemente de nuestras circunstancias. Y una noticia mejor aún es que uno de los lugares donde esto está sucediendo es Huelva.

Nota: Me gustaría disculparme por la calidad de las imágenes, pero ni la cámara ni yo somos profesionales de la fotografía.

martes, 28 de mayo de 2013

Esta no es una crónica de TraduEmprende

Hola a todos:

Como seguramente sabréis, el pasado viernes tuvo lugar en Madrid uno de los encuentros traductoriles más exitosos del año. Y no lo digo yo; a las pruebas me remito. El aforo se completó semanas antes de su celebración y el hashtag #Traduemprende fue TT en Madrid durante la mañana del viernes.

Podría pasarme horas escribiendo y resumiendo el evento, pero no lo haré. Una de las razones es que ya existen crónicas estupendas y muy completas de lo que allí aconteció y de cómo lo vivieron algunos de sus protagonistas, a saber, Elena Nevado, Lourdes Yagüe, Herminia Páez, Leticia Martin-Fuertes, Pablo Muñoz, Rafael López y Olatz Rodríguez.
Sin embargo, me gustaría hacer una «breve», o más bien dicho, una simple reflexión de los motivos que propiciaron el éxito de esta iniciativa.

Si no tengo mal entendido, la idea de «montar todo este tinglao» nació en el seno del programa de mentoring para nuevos traductores que Leon Hunter, S.L. estaba impartiendo.
Una vez planteada, los alumnos y su profesor confeccionaron un plan, o desarrollaron cómo iban a llevar a cabo esa idea. Y se organizaron, coordinaron, trabajaron juntos, en equipo, colaborando.
Lógicamente, por muy bien desarrollado que esté el plan, siempre hay que contar con los contratiempos, pues su cometido es estar ahí y aparecer cuando menos se les necesita; ese es su trabajo. Asimismo, no podemos olvidar que pocas veces las cosas salen como pensamos o a la primera; hay que intentar hacerlo de una forma, probar y, si el resultado no es el deseado o adecuado, habrá que volver atrás y utilizar otro método, otras herramientas, otras vías. Porque lo importante es avanzar y llegar a la meta, al final del plan que hemos trazado, aunque en ocasiones tengamos que cambiar de dirección o abandonar algunos desvíos u opciones. Pero estos chicos, este equipo, estos valientes EMPRENDEDORES no perdían de vista su meta, su objetivo. Y la prueba de ello es que, el viernes 24 de mayo de 2013 no cabía ni un alfiler en el salón de actos de la Residencia de Estudiantes del CSIC en el que se celebró el exitoso y multitudinario TRADUEMPRENDE.


Los organizadores y demás voluntarios parecían exhaustos; en ocasiones podía leerse la tensión en sus rostros. Querían que todo saliese bien, habían puesto muchas ganas e ilusión en esta empresa, habían trabajado muy duro durante meses, habían luchado contra varias adversidades y querían que su proyecto, su empresa, su iniciativa saliese bien.
Y vaya si salió bien. Y ese alivio, esa satisfacción, esa alegría también se reflejaban y se dibujaban en sus caras una vez concluida la jornada —solo tenéis que echar un vistazo a algunas de las fotos del Powwow que hay circulando por ahí—.

«La idea es el principio de toda creación»
Por supuesto, y como señalaba Leon Hunter en esta entrada pocos días antes de la celebración de la conferencia, hay cosas que pueden mejorarse; siempre se puede ir a más. Quizá se puedan mejorar algunos aspectos incluyendo el pago de una tarifa por asistir que permita, por ejemplo, ofrecer un desayuno, como proponía Leon Hunter. Pero ello no resta valor a todo lo conseguido hasta ahora, con todo el trabajo y esfuerzo que lleva detrás. Esta conferencia, este proyecto es solo el principio de algo nuevo, de una idea que nació un día, en un lugar determinado, entre unas personas determinadas. Como señaló Rafa en su ponencia, «la idea es el principio de toda creación», es la punta del iceberg.
Este equipo ya tiene en mente nuevas propuestas, nuevos caminos para mejorar esta iniciativa; es mejor ir cumpliendo pequeños objetivos a corto plazo, ¿no? Pero si algo es seguro, es que esta empresa ya está en marcha y que hay que seguir trabajando, ser constantes.

¡Qué «curioso» que el propio TraduEmprende sea una muestra viva de todo lo que allí se habló y se nos mostró! TraduEmprende, el proyecto, su equipo de voluntarios explican por sí solos qué es el EMPRENDIMIENTO, en qué consiste, cómo se lleva a cabo, cómo se materializa.
Todo aquello que los ponentes describían, todas esas experiencias, esas situaciones, esos pasos que hay que dar eran justamente todas aquellas experiencias, situaciones y pasos que hicieron que TraduEmprende fuera posible.

Resumiendo: Si después de haber asistido a un evento sobre emprendimiento, nacido del propio emprendimiento, aún no tienes claro cuáles son las claves para emprender... ¡tendré que emprenderla a collejas contigo! XD

N. de la E. (de Emprendedora). El contenido de esta entrada recoge exclusivamente la opinión y reflexión de su autora, fundadas en su interpretación de las entradas, tuits y mensajes en Facebook sobre el evento antes, durante y después de su celebración, así como de sus percepciones en vivo y en directo.

Y ahora sí, ¡que paséis una buena semana, TraduEmprendedores!


viernes, 17 de mayo de 2013

¡El "One Lovely Blog Award" ya está aquí!

Viernes, 17 de mayo, 00:15 horas. Entro en Twitter y veo que Scheherezade Surià, del blog En la luna de Babel me ha nominado pero, ¿a qué? Reconozco que se me quedó cara de póker porque, hasta ese momento, no había oído hablar del "One Lovely Blog Award".
Me puse a investigar y ya me enteré de qué iba la cosa :) Y aquí estamos.


What?!


En primer lugar, por supuesto, agradecer a Scheherezade que me nominara, no me lo esperaba para nada. Además, me hace especial ilusión que la nominación venga de ella, pues su blog es uno de los que más leo y me parece una persona muy profesional. Así que, gracias de nuevo por invitarme a participar en este juego/concurso.

Bueno y, ¿cuál es el objetivo y en qué consiste este juego?
Su objetivo es que conozcamos blogs que quizá nos hayan pasado inadvertidos, así como a las personas que hay detrás de estos. A mi me parece una iniciativa estupenda y una experiencia enriquecedora, por eso he decidio sumarme a ella.

Si quieres participar, solo tienes que hacer lo siguiente:
  • Agradecer el premio a quien te lo ha otorgado.
  • Contestar a las once preguntas que formule en su entrada.
  • Otorgar el premio a otros once blogs.
  • Formular once preguntas para que estos blogueros las contesten.
  • Informar a los blogueros nominados a través de las redes sociales.
  • Visitar los blogs que han sido nominados además del tuyo.


Y ahora, sin más preámbulos, paso a contestar a las once preguntas de Scheherezade:

1. ¿Con qué objetivo empezaste el blog? (o tumblr)
   
Empecé el blog por dos motivos:

Por un lado, porque quería plasmar mi experiencia. Si piensas en olvidar, ¡olvídate de traducir! nació de la necesidad de expresarme, a modo de diario profesional.
  
Mi mayor fuente de información y formación en los distintos aspectos de la profesión han sido y son blogs de otros traductores y estudiantes de traducción.  Estos blogs me ayudan tanto en lo profesional como en lo personal; me aclaran y enseñan sobre la profesión y me hacen ver que no soy la única que se enfrenta a determinados problemas, miedos, o experimenta ciertas satisfacciones. Leer esos blogs me ayudó y me ayuda mucho, por ello también pensé que quizá  mis experiencias podrían servir a otros.

Por otro lado, decidí comenzar el blog para obligarme a escribir en español. Me encanta leer y escribir, desde siempre, pero es cierto que en los últimos años todo lo que leía y escribía era en inglés. Y lo poco que traducía hasta ahora no constituía una redacción «literaria».

Y, finalmente, aunque sé que he dicho que son dos los motivos u objetivos que perseguía al crear el blog, mentiría si no dijese  que también lo concebí como una manera de darme a conocer entre el gremio y como un vehículo para entrar en contacto con otros profesionales.

2.  ¿Eres freelance o trabajas en plantilla? ¿Qué ventajas tiene para ti respecto a la otra modalidad?

Soy freelance. Para mí la principal ventaja de esta modalidad es el crecimiento como persona. Sé que puede resultar extraño, así que voy a tratar de explicarme. Al establecerte como autónomo te obligas a realizar tareas distintas de la traducción y, por lo tanto, te obligas a asumir más responsabilidades. Responsabilidades que en la mayoría de los casos pueden suponer o ser sinónimo de retos. Yo opino que para que una persona pueda sacar lo mejor de sí o todo lo que es capaz de ofrecer, para poder desarrollarse, para llegar a la plenitud personal o profesional necesita que la pongan al límite. Creo que solo así uno puede crecer como persona o profesional, que llega a desarrollarse como tal. Y eso es algo que la independencia o «autonomía» nos permite ya que debemos ser directores, gestores, traductores, terminólogos, contables, relaciones públicas y un largo etcétera.

Creo además que esta ventaja es, a la vez, el mayor inconveniente; hace unos años mi respuesta habría sido bien distinta.

3. Con las dificultades que estamos atravesando, ¿alguna vez has pensado en tirar la toalla como traductor? (Me refiero a dejar de pagar autónomos y buscar otra cosa, por ejemplo.)

Llevo muy pocos meses en esto y mentiría si dijera que no. Como tú y cualquier otro profesional que lleve más tiempo en el mercado sabréis, los comienzos son duros, independientemente de la época en la que se viva. En mi caso, además, dar el paso supuso una ruptura con todo lo anterior, de lo cual no me arrepiento, por otro lado. Pero sí, peco de poca paciencia y a veces me gustaría que las cosas fueran más rápido y hay días en los que desearía mandarlo todo a pique, pero entonces me paro y pienso en los motivos que me llevaron a tomar esta decisión, respiro profundamente y sigo con lo que estaba haciendo o, si realmente estoy agobiada, me pongo con otra cosa, como por ejemplo, el borrador de una nueva entrada para el blog, porque cosas que hacer siempre hay.

En cuanto a lo de buscar otra cosa, sí lo hago, pero porque soy consciente de que ahora necesito compaginar la traducción con otra actividad, hasta que pueda dedicarme a la primera a tiempo completo. Ahora la compagino con clases de inglés y de español para extranjeros, pero sin perder de vista cuál es mi objetivo.

4. ¿Qué importancia tiene para ti seguir formándote como profesional?

Para mí tiene una importancia primordial. De hecho, en esta primera etapa es a lo que más tiempo dedico, junto con la búsqueda de clientes. He realizado varios cursos para profundizar en las especialidades a las que me quiero dedicar, leo mucho sobre estas especialidades, pero también sobre contabilidad y fiscalidad, sobre el estado del mercado, herramientas específicas para el traductor y, en general, sobre todos los aspectos que tienen que ver con la vida profesional de un traductor autónomo. También trato de asistir a eventos de nuestro gremio y de los sectores de mis especializaciones, además de talleres y cursos sobre aspectos comunes a todos los autónomos.
Mi próximo evento traductoril es Traduemprende, el viernes 24 de mayo, en Madrid.

5. Si trabajas en casa, ¿qué haces para separar mejor tu vida personal de la profesional?

Uff, pues la verdad que me está costando, pero no por mi, sino por las personas que viven conmigo. He colgado un cartel en la puerta con mis «normas» y trato de concienciarlos de que respeten mis horas de trabajo, que imaginen que estoy fuera en una oficina y que se planteen si me llamarían por teléfono para preguntarme o informarme de ciertas cosas.

Por mi parte, he establecido un horario y una rutina. Y, aunque no me visto «de punta en blanco», hasta ahora jamás me he sentado frente al ordenador en pijama; nunca me ha gustado quedarme en pijama por la casa. Lo primero que hago al levantarme es asearme y vestirme.

Además, he acondicionado mi rinconcito de trabajo para que parezca una oficina y siempre dejo todo recogido antes de comenzar mi jornada —jamás dejo la cama sin hacer, ni ahora ni cuando trabajaba fuera de casa, es una manía que tengo—; todo tiene que estar en orden.

6. ¿Qué típico tópico de nuestra profesión te molesta más? ¿Por qué?

Pues creo que el más típico: que un traductor es una persona que sabe idiomas (y además es un diccionario andante). Antes me costaba mucho dar explicaciones a quienes piensan esto, pero ya estoy en una etapa más «calmada» y soy consciente de nuestra responsabilidad como «educadores» para disipar los tópicos.

Y la razón es porque yo misma tenía (casi) esa concepción de la traducción antes de empezar la carrera. Fue una vez dentro cuando comprendí y aprendí que para traducir se requieren muchas más competencias.

7. ¿Tienes alguna manía a la hora de trabajar?

Pues la que mencionaba en la pregunta 5, que tengo que tenerlo todo recogido antes de empezar a trabajar.  Y una mala manía que tengo es la de poner el dedo en la pantalla del ordenador para señalar algo; tengo que limpiarla a fondo todos los días :p

8. ¿Recuerdas algún encargo o proyecto especial? ¿De qué se trataba?

Bueno, hasta ahora no he tenido muchos encargos remunerados. Pero sí que empecé a colaborar con una ONG a través de la red de voluntariados online de las Naciones Unidas y contactan conmigo al menos una vez al mes. La ONG se dedica a la defensa de los derechos de la infancia, por ello decidí postularme como voluntaria con ellos. Es una causa con la que estoy comprometida desde hace años, por lo que disfruto mucho traduciendo para ellos. Esta actividad, además, me «obliga» a traducir y, por lo tanto, a consultar cantidad de documentos oficiales, lo que me ayuda a adquirir esa especialización que todo traductor debe perseguir.

9. ¿En qué te especializas y por qué esa especialización y no otra?

Como dicen los traductores que llevan años en la profesión, la especialización se consigue a través de la práctica, de la experiencia. También he leído y escuchado que es el mercado el que te especializa. Atendiendo a esto último, trabajo en mi formación en traducción técnica, especialmente en el campo de la arquitectura, en la que además hay mucho de jurídica, que fue una de las especialidades que elegí durante la carrera. Por otro lado, y atendiendo a mis preferencias, trabajo por especializarme en la traducción audiovisual, pero sobre todo, en la accesibilidad y concretamente, en la audiodescripción. Si me preguntaras cuál es mi meta a largo plazo, sería poder dedicar gran parte de mi vida profesional a la audiodescripción de series, películas y espectáculos. 

10. ¿Qué te gusta más de la profesión?

Sé que sonará a típico tópico, pero lo que más me gusta es la cantidad de cosas que aprendes. Aprendes y descubres realidades que ni siquiera sabías que existían. Y estos descubrimientos pueden llevarte a tomar caminos que no te habías planteado y que te hacen crecer como profesional y como persona.

Otro de mis aspectos favoritos de la profesión es su capacidad de hacernos más tolerantes, de abrirnos la mente y aceptar la diferencia como algo natural y enriquecedor.

11. ¿Qué te gusta menos? 

Lo que menos me gusta es trabajar en casa, o mejor dicho, sola. Ahora no me lo puedo permitir pero, en cuanto sea posible, me instalaré en un espacio de coworking. Necesito sentirme dentro de un grupo, de un sistema de trabajo, aunque las personas que tenga alrededor se dediquen a otra cosa, de hecho, lo prefiero; me gusta conocer otras profesiones.

Y ahora viene la parte más emocionante... ¡las nominaciones! He aquí mis nominados:
  •  Las chicas de La Pera. Por su creatividad, por el interés de sus entradas y por el enfoque que les dan. (También por su logo, que me encanta.) :)
  • Dicho de otra forma, de Mar González. porque se centra en la accesibilidad, mi campo preferido, y porque aporta mucha información interesante, relevante y útil.
  •  Los chicos de WeTAV.  Por el interés  y la variedad de la información que proporcionan y por ayudarme a aprender más sobre la TAV.
  • Los chicos de ETEP Por la novedad de su iniciativa, el interés de esta y porque me han descubierto una nueva especialización y han hecho que me replantee muchas cosas :)
  • Traducir es descubrir, de Laeticia Abihssira. Por la calidad, interés y variedad de contenidos.
  • Midnight in translation, de Elena Nevado. Porque es un blog que, con muy poquito tiempo de vida, ha logrado crear contenidos muy interesantes.
  • Jugando a traducir, de Rafael López Sánchez. Porque me parece que su autor es un gran profesional y genera contenidos intereseantes y de calidad.
  • TraducArte, de Iris C. Permuy. Por la pasión que transmite.
  • El taller del traductor, de Elizabeth Sánchez León. Porque su experiencia me ayuda en mi camino como traductora.
  • Aquí se traduce, de Itziar. Por su capacidad para contar mucho con pocas palabras.
  • Traducción temeraria, de Nadia García Diaz. Por el interés de sus entradas y su dinamismo.

Y para terminar esta parte del juego, ahí van las preguntas para mis nominados:
  1. ¿Por qué decidiste estudiar TeI o dedicarte a la traducción profesional?

jueves, 9 de mayo de 2013

Cómo superar un mal día o cómo la traducción me da vida

Este blog nació con el objetivo de plasmar mis vivencias, reflexiones, sorpresas, alegrías —y penas—, descubrimientos y preocupaciones, entre otros.

Pues bien, a lo largo de estos meses estoy descubriendo y experimentando lo que otros que ya pasaron por aquí cuentan: que los comienzos son duros, difíciles y a veces frustrantes; como la vida misma, vaya.
El haberme planteado y decidido hacerme autónoma me ha ayudado a madurar, a madurar como persona, me refiero. Por supuesto que me ayuda y obliga a madurar profesionalmente, pero ahora veo que en mi caso —no sé si en el de los demás— lo profesional y lo personal van de la mano. Conforme voy avanzando, retrocediendo, tropezando, avanzando de nuevo, aprendiendo, planteando y replanteando, estudiando opciones, descartando unas y abrazando otras en el terreno profesional, paralelamente avanzo, retrocedo, tropiezo, avanzo de nuevo, aprendo, me planteo ciertas cosas, replanteo otras y estudio distintas opciones de mi vida personal. Estoy descubriendo muchas facetas, aptitudes y actitudes, positivas y negativas que poseo. Y sí, he dudado muchas veces; en ocasiones he pensado «¿estaré hecha para esto?, ¿será esto lo mío?». Y entonces te llega alguna felicitación y agradecimiento, y te animas.

Sigues viviendo y, aunque parezca mentira —no, no me pongo colorada— hay vida más allá de la traducción. Y surgen otras preocupaciones, y tienes riñas, peleas, sustos, preocupaciones, preocupaciones y otras preocupaciones. Incluso hay veces en que el día se estropea nada más amanecer. Y justo ese no es tu día optimista, a pesar de que tú eres una persona optimista —o al menos lo intentas—. Y como además, ese día no tienes encargos (porque trabajo siempre hay), la probabilidad de pasar página y venirse arriba cae en picado.
Todo ese estado, junto con el estrés acumulado durante días te provoca un dolor de cabeza de los que marcan historia y hasta decides tumbarte media horita despuésde comer, a ver si se pasa.
Y es entonces cuando crees que todo —el día— está perdido, abres tu buzón de correo electrónico y encuentras que una de las entidades con la que colaboras te solicita ayuda.

Varios son los motivos por los que colaboro como voluntaria. Uno de ellos es mi compromiso con la causa que la ONG o la plataforma defiende o promueve. Creo que todos estamos comprometidos con algo, aunque a priori no lo sepamos, pero a todos nos interesa algo; todos tenemos algo que nos mueve, o que mueve algo en nuestro interior (y que no tiene por qué ser de naturaleza benéfica).
Se me quita el dolor de cabeza, me siento en mi escritorio, frente a mi ordenador y empiezo a leer el texto. Sin darme cuenta, mi día ha dao un giro de 180 grados. Me siento feliz, motivada. El texto que tengo que traducir, al ser por iniciativa voluntaria, tiene una temática y una finalidad que me encantan, que forman parte de mí, de Inés.

 Y entonces ocurre el milagro revelador. Es ahora cuando entiendo que elegí estudiar TeI motivada por mi deseo de difundir información, conocimiento, de hacer llegar toda clase de contenidos a cualquier rincón del planeta, de hacer accesible el conocimiento, sobre todo a quienes tienen más dificultades. 
Los cables siguen conectando y me hacen comprender por qué antes quise hacer Periodismo y por qué hoy me «chifla» traducir noticias, artículos, crónicas o cualquier otro género periodístico. 
Los recuerdos y las imágenes invaden mi psique, corretean de un lado para otro y me veo ahí sentada, con esos ya lejanos 12 años, traduciendo mis canciones preferidas, los artículos de las revistas que me interesaban, escribiendo relatos sobre los problemas que, como adolescente, me preocupaban por aquel entonces.

Y es en ese preciso momento cuando comprendo que hay algo en lo que no me equivoqué, que esto SÍ es lo mío.


Traducir + Escribir = Inés Feliz



viernes, 5 de abril de 2013

Ponte en la piel de tu cliente: el Mapa de la Empatía

Hola de nuevo:

Después de leer esta entrada en el blog Translation and l10n for dummies de Marta Chereshnovska, no he podido evitar volver con una nueva entrada.
En esta ocasión y siguiendo el hilo de las dos últimas publicaciones, quiero hablaros del Empathy Map o Mapa de la Empatía.

Al igual que el lienzo del modelo de negocio o Canvas, conocí esta herramienta gracias al MOOC que estoy cursando. 
Sin embargo, el concepto no era nuevo para mi; después de meses documentándome y leyendo artículos de diferentes autores y profesionales, he tomado conciencia de la importancia de conocer a nuestro cliente. A fin de cuentas, él es quien va a elegir si compar nuestro producto o servicio o decantarse por el de otro proveedor. Y es a él  a quien va dirigido nuestro producto o servicio, ¿no?
He aprendido que es importante hacer un estudio de mercado, acudir a eventos propios del sector al que se dedica nuestro cliente, así como prestar una adecuada atención antes, durante y después de la venta. Pero, ¿cómo acercarnos más a nuestro cliente?, ¿cómo encontrar la mejor manera o estrategia para cubrir sus necesidades?, ¿cómo descubrir estas necesidades?

Una respuesta o solución posible es valernos del Mapa de la Empatía. Como su nombre indica, se trata de elaborar un retrato robot del cliente para empatizar con él (¡Oh, empatía, qué «perdidita» estás últimamente!), con su entorno y descubrir «misterios» como qué piensa sobre nuestro producto o servicio, qué escucha sobre este, qué personas influyen en su opinión, qué dice (imagen pública) sobre este producto, la diferencia entre lo que dice y lo que realmente piensa acerca del producto o servicio o cuáles son los miedos y frustraciones que le llevarían a rechazar nuestra propuesta de valor (el servicio o producto) o los beneficios que obtendría de su consumo. Este es el esquema:

Imagen tomada de Itinerario Emprendedor.



Debemos tener en cuenta dos consideraciones:

a) El Mapa de la Empatía solo es válido para un cliente o segmento de mercado concreto. De ahí que tengamos que elaborar uno diferente para cada tipo de segmento o cliente al que queremos dirigirnos. Por ejemplo, las necesidades de un arquitecto que solicita mis servicios de traducción técnica no serán las mismas que las de una empresa de accesibilidad audiovisual que solicite mis servicios de audiodescripción. Son dos segmentos distintos, por lo que tendré que llevar a cabo dos estudios diferentes y adaptar mi propuesta de valor a sus necesidades concretas (quizás uno prime la rapidez o inmediatez del servicio y otro la calidad, el precio o el servicio posventa).

b) Deberemos realizar un mismo Mapa de la Empatía dos veces: una antes de ofrecerle al cliente nuestra propuesta de valor y otra después de habérsela ofrecido. El objetivo es que descubramos las posibles carencias de nuestra propuesta (servicio o producto) y podamos modificar los aspectos necesarios para satisfacer al cliente. El objetivo final de realizar todo este proceso no es sino averiguar qué quiere nuestro cliente y satisfacerlo (y conseguir así vender nuestra propuesta).
Ojo: cuando digo cliente, me refiero al tipo de cliente o segmento de mercado. No quiere decir que a cada cliente de un mismo segmento le ofrezcamos una propuesta distinta.
Este es el caso de las empresas que ofrecen dos versiones de un mismo producto destinado a dos tipos de clientes distintos. Por ejemplo, un reloj de lujo para un determinado segmento cuya propuesta de valor radica en la marca, el prestigio de esta y a quien no le importa el precio, frente a una versión de reloj del mismo fabricante pensada para un segmento que valora más el pragmatismo y el precio (que sea asequible) en detrimento de la marca o estatus que esta implica.
¿Se os ocurre un ejemplo de esta distinción de segmentos y propuestas de valor en el área de la traducción?

Al igual que el Canvas, el Mapa de la Empatía puede realizarse a mano, en formal de mural o mediante una plantilla en línea y luego descargarlo.
No obstante, en cualquiera de los casos, el cliente se ubica en el centro, donde se detalla su perfil (nombre, edad, trabajo, sector). Luego, se rellenan el resto de espacios con notas adhesivas especificando la información requerida en cada uno de ellos.

A continuación, podéis ver el ejemplo que realicé para mi actividad del curso. Como acabo de realizar un curso de traducción técnica en arquitectura impartido por Amaia Gómez Goikoetxea (@amaiaATICOmpany), aproveché para ponerme en la piel de un supuesto perfil de cliente y analizar qué posibles necesidades deberé cubrir.

Podéis verlo aquí.
Por último, solo me queda recordaros que a través de las entradas de este blog únicamente trato de exponer mis conclusiones y experiencias personales. Por lo tanto, si queréis saber más sobre esta herramienta, os aconsejo esta entrada del blog de Javier Megias o la propuesta didáctica de Itinerario Emprendedor.

Sin más, nos leemos en la próxima entrada.